Quemar las naves
Octavio Augusto Navarrete Gorjón
Para el médico Marcos Cortés Bataz. Compañero,
vecino, amigo. Con un abrazo en esta hora de
dolor.
I
A primera vista, la decisión de Ángel Aguirre de afiliarse al PRD es muestra plena de gratitud hacia uno de los partidos que lo llevó al poder. A primera, pero si analizamos el asunto más a fondo, descubriremos una gran cantidad de implicaciones que sacudirán toda la arena política guerrerense y repercutirán incluso a nivel nacional.
Para empezar no es un acto humilde, como pareciera, es la afiliación del hombre que detentará el poder en Guerrero a partir del uno de abril. Con su inclusión en el sol azteca, Aguirre toma el poder formal en una parte importante de la sociedad política guerrerense. No basta con decir que no creará su tribu; no necesita hacerlo, en la práctica se erigirá como el jefe de todo el organización y de todas sus tribus. Una frase puede resumir lo que viene: “inclínense, ya llegó el Jefazo”.
El golpe es audaz porque en el PRI estaban presionando para el regreso del aguirrismo, como lo declaró días antes el diputado Sofío Ramírez: “Moreira nos quiere de regreso”. La afiliación de Aguirre Rivero equivale a la quema de naves que hizo Hernán Cortés para que los españoles que se estaban acobardando no regresaran. Muchos priístas de base decían:”ya ganamos con Aguirre, ganaremos con Peña Nieto”. La jugada del gobernador electo tiene el encanto de los buenos lances políticos. “Aquí no se raja nadie”, parece decir desde las filas del sol azteca.
II
Los efectos más inmediatos de la afiliación de Aguirre serán al interior del PRD. En los hechos constituye un golpe de mano que deberá reflejarse en las próximas direcciones formales del perredismo. Hace una semana se especulaba si Mario Moreno sería dirigente del PRI; tal vez, pero es más seguro que lo sea del PRD. Así andan las cosas en la política mexicana y guerrerense.
Cuando la precandidatura de Ángel Aguirre en el PRI estaba en veremos, el de la pluma tuvo una plática con Misael Medrano. Nos pedía comprensión (a mí y a todo el auditorio, la charla fue al aire); mira – nos decía – se vienen ocho diputados locales, cuatro federales, siete presidentes municipales y muchos regidores y funcionarios, de un solo golpe, al PRD. A seis meses de esa conversación, sería bueno saber ahora quién absorbió y quién fue absorbido.
Ante la eterna (y absurda) división del PRD en grupos de interés autodenominados corrientes (dan toques, de tan corrientes), Ángel Aguirre y los priístas llegarán como heraldos de un sueño nuevo, portando como estandartes la institucionalidad y la disciplina, prendas no conocidas en el perredismo. No habrá choques por los horizontes tan disímbolos de los que vienen los arrejuntados, para eso servirá el poder y las arcas abiertas, sin estorbosas telarañas institucionales. No tiene límites la creatividad de los políticos guerrerenses para generar escenarios nuevos; si así fuéramos para trabajar, otro gallo nos cantaría.
III
La gratitud al PRD fue una descortesía para las otras fuerzas coaligadas y los aliados de facto. Convergencia, el PT y el PAN, también merecen una visita a sus consejos políticos nacionales; aunque es obvio que en ellas no habrá anuncio de afiliación. También para sus seguidores priístas es un desdén la afirmación de que se ganó básicamente por la fuerza del PRD; “Porque no nos peleamos Mazón, Jiménez Rumbo, y Ríos Píter”. Faltó decir que Walton tampoco se peleó y porque Marcos Efrén Parra decidió alzarle la mano antes de que ganara. También porque casi la mitad del PRI decidió acompañarlo en su aventura.
De la noche a la mañana, algunas organizaciones políticas se convirtieron en innombrables. Si se suman estas omisiones, más la gente sin partido, tenemos que relativizar bastante la afiliación de Aguirre. En campaña dijo varias veces que su candidatura ya había rebasado a los partidos, que era un movimiento social; después del triunfo parece que hay una interpretación distinta de los hechos.
Las implicaciones nacionales e internas tendrán su primer desenlace histórico en el corto plazo. La inclusión de Aguirre como militante afectará de manera directa las elecciones de diputados y presidentes municipales dentro de quince meses. Tal vez el nuevo corporativismo priperredista que se perfila logre que el sol azteca arrase en las elecciones locales. O quizá la llegada masiva de priístas haga que se descompongan los planes de las tribus originarias y sus aspirantes inicien una migración en sentido inverso (del PRD a otros partidos); ¡Ay la política guerrerense! Caleidoscopio de luces, de colores …. y de sombras.
IV
Aventuremos una hipótesis de trabajo para Acapulco, la joya de la corona. Hasta antes de la afiliación de Aguirre, se pensaba que Luís Walton tenía una ancha avenida para llegar sin problemas al palacio del Papagayo. Las nuevas circunstancias le ponen interrogantes a esa afirmación; Aguirre ya no puede, en su condición de militante, actuar como fiel de la balanza; ha tomado partido. No está en duda el compromiso personal de Aguirre con Walton; pero también entrarán a la puja otros perredistas, como María Antonieta Guzmán, Carlos Álvarez Reyes, Evodio Velázquez, Armando Ríos Píter y el Pollito Granda.
Sólo existe un político que podría hacer declinar a estos perredistas. Es un hombre de quien la gente tiene un buen recuerdo en Acapulco; tan es así que ningún candidato se ha atrevido a cuestionar su gestión municipal. Manuel Añorve, por ejemplo, criticó a Félix Salgado y a López Rosas, a quien Rodríguez Escalona le dijo en memorable debate: “Alberto, tú no eres Zeferino”.
Uno de los méritos principales de Zeferino Torreblanca como alcalde fue mantenerse alejado de las disputas partidarias. La gente percibió que el presidente gobernaba para todos y que los políticos no influían mucho en la administración, ni siquiera los que lo habían llevado al poder. Zeferino logró entonces una estatura como estadista que disminuyó cuando ingresó al PRD y formó su propia corriente.
Su inclusión como aspirante en Acapulco haría que muchos que votan por distintos partidos y otros que no votan, lo hicieran por aquel que postulara a Torreblanca. El mismo Luís Walton, que hace criticas acervas al gobernador, tiene la mejor opinión del alcalde Zeferino. Preparémonos para ver una película interesante en Acapulco si el gobernador saliente se anima a participar. Él le ha dicho a sus amigos que regresará a la vida privada; pero otros quisiéramos que se hiciera una excepción al viejo adagio de que un par de tetas jalan más que una yunta de bueyes.
V
Ajedrez magnífico la política guerrerense; de pasiones cardinales y lances inesperados (aunque el abuelo Heráclito decía: ‘si no se esperara, no llegaría lo inesperado’). Como el emperador Constantino, Ángel Aguirre también saca cuentas: si hubiera habido elecciones de presidentes y diputados hubiéramos ganado 26 de 28 diputaciones y casi todos los ayuntamientos – dice, pensando en un dominio indisputado en todo Guerrero, el viejo sueño de la unanimidad -. Ya se inscribirá en el PRD y entonces verá que la cosa no es tan simple. Los que lleguen al perredismo desde el PRI también querrán diputaciones, presidencias y cargos de designación.
En campaña dijo que gobernaría desde la izquierda y con un programa de izquierda, lo que despertó el entusiasmo de muchos que sabemos que en ese lugar, la izquierda, está la mejor política y el humanismo; aunque sea sólo una utopía. Una cosa es gobernar desde la izquierda y otra desde el perredismo. Las políticas del perredismo en Guerrero se diferencian muy poco de las de otros partidos. Allí también hay corporativismo, favoritismo y distintos grados de corrupción. Gobernar desde la izquierda quiere decir intentar hacer las cosas un poco mejor.
Es mi convicción de que aunque ganen los números, con la afiliación del gobernador electo pierden los ciudadanos y la democracia. La historia lo había acomodado en una situación de privilegio, era gobernador sin tener partido; cosa muy sana para la buena marcha de las instituciones y un valladar adecuado para evitar el corporativismo. Pero le ganó su formación partidaria; hay códigos muy distintos en la formación de alguien que llega al poder desde la oposición y de alguien que llega al poder desde el poder.
Recordemos que el primer gran partido en México no buscó el poder, nació desde el poder. Plutarco Elías Calles tuvo la visión de organizar un aparato político-electoral que le diera legitimidad al régimen revolucionario. Pero 1929 es distinto al 2011; hoy queremos menos partidos y más sociedad, más trabajo y menos política, más democracia y menos unanimidades.
Ángel Aguirre desaprovechó la oportunidad de convertirse en un gran estadista y prefirió jugar en la arena que siempre ha jugado: desde el poder y desde el partido en el poder. Ha ocurrido otra novedad en la política guerrerense y mexicana: fue precandidato priísta, candidato ex priísta y será gobernador perredista. Muchos brincos en poco tiempo, o el suelo muy disparejo.
CORREO CHUAN
Estábamos preparando algo sobre el gabinete y el anuncio de afiliación le ganó al tema. Mientras, es bueno saber que a Marcos Efrén Parra le ofrecieron un buen cargo en el nuevo gobierno. Lo rechazó cortésmente porque no es el nuevo gobernador el que debe premiar su declinación, otorgada a regañadientes al ejecutivo federal. Buena filigrana política la de Parra Gómez; ahora podemos decir que es el primer candidato seguro al senado de la República por su partido, por la vía plurinominal.
El correo chuan dice que no es buena señal la afiliación del gobernador electo a uno de los partidos que lo postuló. Las cosas pueden tener un curso novedoso en 2012 si Zeferino Torreblanca se anima a participar; el partido es lo de menos, puede ser el Verde, pero también el azul, el naranja, el amarillo, el pistache. Entonces se reeditará en Acapulco la vieja disyuntiva de 1999: un ciudadano contra todo el poder del corporativismo. Apueste lo que sea a que gana el ciudadano; en Guerrero ya pasó el tiempo de las unanimidades. Zapata 21 es una dirección de bellos recuerdos.
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